El jardín hallado bajo la iglesia del
Santo Sepulcro se hace eco del relato evangélico
Mediante
análisis arqueobotánicos y de polen, los arqueólogos hallaron pruebas del
cultivo del olivo y la vid que datan de hace unos 2.000 años.
Los estratos pertenecen a la época precristiana, lo que confirma que no se trataba solo de terreno urbano, sino de tierra viva, probablemente agrícola, antes de convertirse en suelo sagrado. El examen del contexto arqueológico y de estratos encontró presencia de olivos y vides en tiempos precristianos, confirmada por análisis arqueobotánicos y de polen.
"Esta zona, en la época de Jesús, estaba todavía fuera de las murallas de la ciudad", "Solo décadas después pasó a formar parte de la Aelia Capitolina romana", explicó Stasolla en una entrevista con The Times of Israel. «Sabemos que el área ya era parte la ciudad en tiempos del emperador Adriano cuando los romanos construyeron Elia Capitolina [nombre que tuvo la ciudad de Jerusalén al ser reconstruida después de las revueltas judías, N. del T.]. Sin embargo, en tiempos de Jesús, esta área aún no era parte de la ciudad», declaró la profesora Francesca Romana Stasolla, líder del equipo de investigación.
Esa
cronología apoya la narración evangélica: un tranquilo jardín, labrado con
tumbas en una cantera en desuso, justo más allá de las murallas de Jerusalén.
Ello ofrece un sorprendente eco del Evangelio de Juan, que sitúa la crucifixión
y el entierro de Jesús en un jardín. El Evangelio dice: "En el lugar
donde fue crucificado había un huerto; y en el huerto, un sepulcro nuevo, en el
que nunca se había acostado a nadie. Y como era el día de la Preparación judía…
pusieron allí a Jesús" (Jn 19,41-42).
El trabajo arqueológico en el Santo
Sepulcro
La basílica del Santo Sepulcro fue construida por el emperador Constantino el Grande luego que su madre Santa Elena encontrase el lugar de sepultura de Jesús bajo un templo dedicado a Venus (templo construido por Adriano al terraplenar el sepulcro).
El edícolo actual donde se encuentra el Santo Sepulcro en Jerusalén
Incendiada por los persas en mayo del 614, fue reconstruida posteriormente por Heraclio en el 630 para ser demolida por el califa fatimí al-Hakim el 18 de Octubre del año 1009, siendo reconstruido por los cruzados en el siglo XII (su dedicación fue el 15 de Julio de 1149, cincuenta años después de la conquista de Jerusalén por Godofredo de Bouillon), dándole el aspecto que conserva hasta nuestros días, como puede verse en las imágenes adjuntas:
En la Ciudad
Vieja de Jerusalén, bajo las antiguas piedras de la Iglesia del Santo Sepulcro, los
arqueólogos han descubierto vestigios de lo que una vez fue un jardín, con
olivos y vides. El descubrimiento, del que informa el Times of Israel,
El equipo
arqueológico, dirigido por la profesora Francesca Romana Stasolla, de la
Universidad Sapienza de Roma, hizo el descubrimiento durante una excavación a
gran escala bajo el suelo de la basílica.
La iglesia del
Santo Sepulcro, que hoy comparten comunidades ortodoxas, católicas y armenias,
señala los lugares tradicionales del Gólgota -donde Jesús fue crucificado- y de
la tumba donde fue depositado.
Santa Elena, madre del emperador
Constantino, identificó el lugar en el siglo IV, y poco después se construyó la
primera basílica.
Bajo las
modernas baldosas de piedra -algunas datan del siglo XIX-, el equipo de
Stasolla ha descubierto capas arqueológicas que se remontan hasta la Edad de
Hierro. Cerámica, lámparas de aceite y enterramientos revelan la larga
transformación del lugar: de cantera, a cementerio y jardín, al santuario más
sagrado de la cristiandad.
De acuerdo con Stasolla, las capas de suelo bajo el piso de la basílica presentan un aspecto de la historia de Jerusalén que se remonta a la Edad del Hierro (1.200 - 586 aC): «La iglesia se yergue sobre una cantera, lo cual no nos sorprende, ya que gran parte de la Ciudad Vieja de Jerusalén se levanta sobre una cantera. La cantera estaba activa ya en la Edad del Hierro. Durante las excavaciones hemos hallado alfarería, lámparas y otros elementos cotidianos que datan de ese período».
Cuando la
cantera cesó de operar, partes del área se convirtieron en terrenos para la
agricultura:
«Se erigieron
muros de poca altura, y el espacio entre ellos se rellenó con tierra. Los
hallazgos arqueobotánicos han sido especialmente interesantes para nosotros, a
la luz de lo mencionado en el Evangelio de Juan, cuya información es
considerada escrita o recogida por alguien familiar con la Jerusalén de la
época. El Evangelio menciona un área verde entre el Calvario y la tumba, e
identificamos estos terrenos.
Como muchas otras áreas en Jerusalén, la antigua cantera se usó para sepulturas en tiempos de Jesús, excavándose tumbas en estilo koj (en hebreo כּוּךְ; en latín lóculus) en varios lugares, explicó Stasolla: «Necesitamos imaginar que mientras la cantera era progresivamente abandonada, se excavaron tumbas en distintos niveles. Por tanto, el área, presentaba varios sepulcros de ese período". Constantino seleccionó el que era venerado como la tumba donde Jesús fue sepultado, y excavó alrededor en el área correspondiente a la actual rotonda, aislándola de los otros sepulcros.
Bajo el actual
edículo, encontramos una base circular que es parte de la primera
monumentalización de la tumba, hecha de mármol. Es interesante, porque las
descripciones más antiguas del edículo, que se remontan a los siglos V y VI, lo
describen como circular. Creemos por tanto que esta base circular era parte de
la estructura original construida por Constantino. Estamos conduciendo análisis
geológicos para verificar el origen del mármol, y también estamos probando el
mortero. Ambas pruebas nos darán información importante».
En el lado este de la rotonda se halló un alijo de monedas, la más antigua datando de la época de Constancio II (del 337al 361) y las más recientes de Valente Arriano (reinó entre el 364 y el 378).
Otros hallazgos
reveladores fueron
preliminarmente presentados en la revista indexada “Liber Ánnuus” de
la Universidad Bíblica Franciscana de Jerusalén en 2023, como los de restos de
animales hallados en una trinchera estructural de la época de los cruzados y en
un registro moderno, dando evidencia de la dieta de los sacerdotes y peregrinos
durante siglos. En ambos casos se hallaron huesos de ovejas, cabras, cerdos,
pollo, gansos y palomas, y peces, entre ellos uno de pez poni del Océnano
Indopacífico y uno de bacalao del Océano Atlántico.
Sección por sección
Las obras
comenzaron en 2022 como parte de un proyecto de restauración más amplio, la
primera gran reforma desde el siglo XIX. Las tres iglesias que comparten la
responsabilidad de la basílica superaron décadas de desacuerdo para sustituir
el viejo suelo. Con ello llegó un acuerdo poco frecuente: permitir el acceso de
los arqueólogos bajo él.
«Con las labores de renovación, las comunidades religiosas decidieron también permitir excavaciones arqueológicas bajo el piso. Con todo, por el momento, no tenemos un área de excavación abierta, mientras la iglesia se está pfeparando para la Pascua, cuando necesita tener un acceso total para los peregrinos», dijo Stasolla. «Si bien no hemos sido capaces de ver de una vez toda la iglesia excavada, las nuevas tecnologías nos han permitido reconstruir la imagen más grande en nuestros laboratorios. Si habláramos de un rompecabezas, podríamos decir que solo estamos excavando una pieza a la vez, pero al final, tendremos una reconstrucción multimedia digital de toda la imagen».
"No
podemos excavar todo a la vez", explica Stasolla al Times of Israel.
"Trabajamos sección por sección, cerrando cuidadosamente cada zona para
que los peregrinos puedan seguir accediendo a la iglesia, especialmente cuando
se acerca la Semana Santa".
Aunque aún
están pendientes las pruebas de radiocarbono, los hallazgos ofrecen nuevas
resonancias a la historia de la Pasión.