- Hallan estatuilla de 2.800 años en Israel


Hallan en Israel estatuilla de hace 2.800 años (siglo IX aC)
Un equipo de arqueólogos israelíes y estadounidenses ha descubierto un fragmento de una insólita estatuilla que data del siglo IX aC, informó el portal especializado Live Science. El hallazgo se realizó a las afueras de la antigua ciudad de Abel Beth Macaah, en el norte de Israel, en Metula, y cerca de la frontera con el Líbano, cuando una persona voluntaria del equipo descubrió una pequeña cabeza escultórica, de unos 5 centímetros, en un estrato arqueológico del siglo IX aC., una época asociada con los reinos bíblicos rivales de Israel y de Judá: el reino del norte y el reino del sur. 

Esta pieza esculpida muestra la cabeza de un hombre con un cabello largo y una barba. De acuerdo con los arqueólogos, forma parte de una estatuilla de fayenza de unos 25 centímetros de largo. La pieza es única en el arte figurativo de la Edad del Hierro.
Los especialistas están convencidos de que la figurilla barbada de rostro severo representa a un antiguo rey bíblico, y por la datación del carbono 14, seguramente se trata del rey bíblico Ajab.
Fotografía del 4 de junio de 2018 que muestra la cabeza escultórica hallada en 2017 cerca de Metula, en el norte de Israel y cerca de la frontera con el Líbano. La figurilla, que se exhibe en el Museo de Israel, podría representar a Ajab un rey bíblico de triste historia, por su paganismo.
La datación por carbono 14 reveló que la pieza fue creada entre los años 902 y 806 aC., algo que podría constituir una prueba de que en este caso se trata de una estatuilla del mítico rey israelí Ajab, cuya historia está recogida en el libro de los 1Reyes 16:29-22:40:. (Ajab, hijo de Omri, llegó a ser rey de Israel el año trigésimo octavo del reinado de Azá de Judá. Ajab, hijo de Omri, reinó veintidós años en Israel desde Samaría. Ajab hizo lo que es malo a los ojos de Yavé y fue peor que todos los reyes anteriores.No le bastó con imitar los pecados de Jeroboam, hijo de Nabat; habiendo tomado como esposa a Jezabel, hija de Itobaal, rey de los sidonios, se puso a servir a su Baal y a postrarse ante él.)
"A pesar de la apariencia pequeña e inocua de la cabeza, nos brinda una oportunidad única de mirar a los ojos de una persona famosa del pasado", dijo en un comunicado el arqueólogo Robert Mullins, profesor de estudios bíblicos y religiosos en Azusa Pacific. .
En el libro de Samuel de la Biblia, un traidor escapa de la ira del Rey David de Israel escondiéndose en un pueblo cercano. Cuando los hombres de David sitian la zona, una mujer sabia pregunta qué desean y, al enterarse de la presencia del traidor, la gente del pueblo le corta la cabeza al hombre y la tira al otro lado de la pared.
Esta historia es una de las pocas menciones del texto de Abel Beth Maacah, una antigua fortificación que una vez estuvo en la encrucijada de tres poderosos reinos: Israel, Damasco y Tiro. El papel de Abel fuera del saber bíblico ha confundido a los arqueólogos, pero el reciente descubrimiento de una cabeza esculpida de dos pulgadas sugiere que la ciudad está un paso más cerca de revelar sus secretos.
No obstante, también existe la posibilidad de que se trate de una figurilla del rey de Tir Et baal, o del rey de Damasco Hazael. Robert Mullins explicó que en aquella época, diferentes reinos, incluidos Israel, Tiro y Aram-Damasco, controlaban el sitio de Abel Beth Maacah, por lo que hay muchos posibles candidatos reales para tener su estatuilla real..
El hallazgo está actualmente expuesto en el Museo de Israel, ubicado en Jerusalén.
La enigmática escultura, hecha de fayenza, perdió una parte de la barba pero presenta un rasgo crucial que ha permitido identificarla con un monarca de Oriente Próximo: el peinado, hacia atrás en mechones gruesos que le tapan las orejas y recogido con una diadema de oro; los antiguos egipcios representaban a sus vecinos de Oriente Próximo con un peinado similar. "El hombre representa la manera genérica en que fueron descritos los pueblos semitas", afirma Yahalom-Mack en referencia a la pieza, que es única en el arte figurativo de la Edad del Hierro y "de una calidad exquisita
La arqueóloga considera que podría representar a uno de los siguientes candidatos: Ben Hadad o Hazael, reyes de Aram-Damasco; Ajab o Jehú de Israel; o Itobaal de Tiro, todos ellos personajes de la narrativa bíblica. No está claro si la cabeza era una pieza única o si pertenecía a una estatua más grande. El equipo arqueológico de la Universidad Hebrea de Jerusalén continúa con las excavaciones y podrían aparecer nuevos hallazgos.".
La cabeza mide poco más de cinco centímetros de diámetro y conserva bien los rasgos personales de un hombre de cabello oscuro y ojos almendrados. Podría ser el rey Ajab de Israel, supusieron los investigadores.
"A pesar de su apariencia pequeña e inocua, la cabeza nos brinda una oportunidad única de mirar en los ojos de una persona famosa del pasado, un pasado consagrado en el Libro de los Reyes", comentó el codirector de excavaciones Robert Mullins, profesor del Departamento de Estudios Bíblicos y Religiosos de la Universidad Azusa del Pacífico (California, EE.UU.).
La calidad del tallado y el hecho de haberla encontrado en lo que aparentemente fue un antiguo edificio administrativo en la cima del poblado (llamado con posterioridad Tel Abel Beth Maaká), apuntan a que representa a una persona de élite, estimó el científico. Mullins agregó que su equipo supuso que era un rey. Si era un rey, ¿cuál?, se preguntaron los arqueólogos. La figurilla tiene en torno a 2.800 años; o más exactamente, fue esculpida entre los años 902 y 806 antes de Cristo. En aquella época, la localidad estaba en una zona limítrofe entre tres reinos diferentes: Israel, Tiro y Aram-Damasco.
El control del lugar del hallazgo no estaba asegurado, y por eso los especialistas destacaron los tres candidatos más probables que podrían estar representados en la escultura: los reyes Ajab de Israel, Hazael de Aram-Damasco e Itobaal de Tiro. Hay otros, pero menos conocidos. Los dos primeros protagonizaron los Libros I, II y III de los Reyes, pero el reino de Hazael dejó otros retratos escultóricos.