- El Rio Jaboc, Peniel, Majanayim y Jacob


En el Génesis hay un lugar y un hecho misterioso: “Y se levantó Jacob aquella noche, y tomó sus dos esposas, y sus dos siervas, y sus once hijos, y pasó el vado de Jaboc. Los tomó, pues, e hizo pasar el arroyo a ellos y a todo lo que tenía. Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba… 
Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel (Rostro de Dios); porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma. Y cuando había pasado Peniel, le salió el sol; y cojeaba de su cadera” (Genesis cap 32)

Viajando por la carretera Jordania hay un puente que cruza sobre el rio Jaboc, muchos estacionan el vehiculo y bajan al vado del Jaboc para recordar este acontecimiento que le cambió la vida a Jacob.
La cabecera del Jaboc comienza en Amán (el antiguo Rabat-Amón) y el río corre hacia el norte antes de dirigirse al oeste hacia el río Jordán. 
Aunque no se haya dicho explícitamente, parece probable que Abraham haya pasado esta vía a lo largo del Río Jaboc cuando viajó de Jarán hacia Siquem (después Jacob viajaría en esta misma ruta).
En casi todas las reconstrucciones del trayecto de Jacob a la Tierra Prometida, el viajó a través de este valle. Eruditos discuten la ubicación de Peniel y Majanayim, pero todos localizan estos lugares en conexión con este río. El terreno natural de esta parte del valle sugiere que Jacob viajo en el lado sur del río en este punto.
Vados del Jaboc
En Génesis 32 Jacob encontró los "ángeles de Dios" y llamó este lugar Majanayim ("campamento"; Gn 32:1-2). Según este autor, Majanayim, es la colina más cercana al lado derecho de la imagen. Desde aquí, Jacob comenzó a enviar olas de regalos a su hermano Esaú. Por el temor que Jacob le tenía a Esaú y sus 400 hombres, Jacob dividió su familia en dos grupos, y envió una ofrenda de animales de su rebaño a Esaú
Así Jacob llevó su familia al otro lado del rio Jaboc, pero el paso la noche solo en el otro lado como leemos en el Libro del Génesis (32-22-32):
…”Y se levantó (Jacob) aquella noche, y tomó sus dos esposas, y sus dos siervas, y sus once hijos, y pasó el vado de Jaboc. Los tomó, pues, e hizo pasar el arroyo a ellos y a todo lo que tenía. Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba. Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba.Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices.Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob.
Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.
Entonces Jacob le preguntó: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí.
Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel (Rostro de Dios); porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.
Y cuando había pasado Peniel, le salió el sol; y cojeaba de su cadera. Por esto no comen los hijos de Israel, hasta hoy día, del tendón que se contrajo, el cual está en el encaje del muslo; porque tocó a Jacob este sitio de su muslo en el tendón que se contrajo (Génesis 32:22-32).
Esa noche un “hombre” luchó con él hasta el amanecer. Cuando el hombre le toco la coyuntura de la cadera, la dislocó. Jacob le dijo al hombre:”¡No te soltaré hasta que me bendigas! ” El nombre de Jacob fue cambiado a “Israel,” y Jacob llamó al lugar Peniel, diciendo, “He visto a Dios cara a cara, y todavía sigo con vida” (Gn 32:30). Peniel/Penuel es la colina en la foto,
El área también ha sido significativa en historia israelita posterior. Después de la muerte de Saúl, su hijo Isboset se refugió y reinó desde Majanayim (2S 2:8). Durante la revuelta de Absalón, David huyó a Majanayim (2S 17:24-29). Majanayim parece ser un centro administrativo de Tras Jordania. Jeroboán I construyó su capital Tras Jordania en Penuel (1R 12:25), posiblemente en conexión con la invasión del Faraón Sisac.
Reflexión sobre este episodio bíblico que ofreció Dn. Carlos Aguiar Retes, cardenal arzobispo de México: “El texto de Genesis 32, 22-32 nos presenta ese momento fundamental en la vida del patriarca Jacob, que con muchas artimañas le ganó a su hermano mayor, Esaú, la primogenitura; y fue todo un periodo de 14 años después de que suscitó en Esaú una envidia, ante todo este tipo de maniobras que hizo Jacob para ganarle la primogenitura y la bendición de su padre Isaac y ser así el transmisor de la promesa de Dios. Pasó 14 años sirviendo a su tío Labán, el cual le dio como esposas a dos de sus hijas: Lía y Raquel. Después de este tiempo de servir sin cobrar jornal sino solamente tener la posibilidad de comer y de tener un techo donde dormir, de tener un hogar, pero, no su propio ingreso, Jacob decide volver  y reconciliarse con su hermano Esaú.
Esta escena de la vida de Jacob nos muestra esa noche antes de cruzar el arroyo del Yaboc que le ponía ya en tierra firme, sobre las propiedades de su padre Isaac. La escena nos habla de una lucha entre un hombre y él, durante toda la noche. Es una escena que no la debemos de tomar más en el sentido literal de una lucha cuerpo a cuerpo, —aunque así se nos describe— sino como muchos interpretes de la Sagrada Escritura nos lo explican, tiene un simbolismo de ese momento purificatorio de la lucha con Dios, porque se ha atrevido Jacob a ganarle la primogenitura a su hermano; y segundo, con los hombres, porque se ha peleado con su hermano. Es una lucha que nos habla también de purificación, por eso dice el texto: “Has luchado con Dios y con los hombres y has salido victorioso”. Le dice este personaje misterioso con el que ha luchado. Todavía le dice: “Por eso ya no te llamarás Jacob… (que significaba el tramposo, el mañoso) sino te vas a llamar Israel que significa, el que ha luchado con Dios”. Y por eso Jacob quiere saber quién es, pero solamente va a saber que recibe la bendición, es decir, la purificación en su corazón de la búsqueda de la reconciliación entre él y su hermano.
Es una historia hermosa que nos puede ayudar a entender también nuestras propias luchas con Dios, sobre todo cuando ya hemos avanzado en la vida; pero a veces desde la adolescencia ya tenemos luchas con Dios. Muchas veces porque hemos recibido un concepto de Dios con el cual no estamos de acuerdo; otras veces porque nuestras circunstancias de vida nos revelan contra esa manera que nos toca vivir, —no estoy contento. Y le achacamos a Dios que él es el que nos está enviando esa vida. Y otras veces, porque definitivamente nos ha tocado batallar en nuestro alrededor con tantos que nos han dañado, de los que somos víctimas, y no pareciera que la mano de Dios se hiciera presente y tenemos que salir de esa noche de lucha con Dios y con los hombres. Por eso no es una historia particular de algo que solamente le sucedió a Jacob, sino, refleja mucho nuestras historias y nuestro momento de purificación y de conversión. Refleja también lo que le dice este misterioso personaje que lo bendice, es decir, que nosotros, si nos mantenemos en esa fe, a pesar de nuestras incapacidades de comprender tantas situaciones que vivimos, también nosotros recibiremos la promesa de Dios, la bendición de Dios en nuestras vidas. Estamos llamados a formar parte de este pueblo transformado que se realiza en Israel; de este Jacob que se transforma en Israel.
JACOB HEREDA LA BENDICIÓN DE ABRAHAM (que pasa de Isaac a Jacob)
¿Cómo podría una bendición robada a su desposeído hermano Esaú establecer la legitimidad de Jacob? ¿Cómo pudo Jacob ser el patriarca del pueblo de Dios? La respuesta es que la Bendición y Promesa no la consiguió por medio del engaño. La bendición de Abraham siempre tuvo la intención de pasar a Jacob.
Podemos creer que el ciego y anciano Isaac tenía dos bendiciones diferentes reservadas para sus hijos. Una fue la bendición del hijo primogénito, preparada para Esaú, y la otra fue la bendición de Abraham, preparada para Jacob. Para el hijo primero (Esaú) fue una bendición general de prosperidad y poder, pero el segundo hijo (Jacob) la Bendición de Isaac tenía que ver con el llamado especial de Abraham.
Desde esta perspectiva, el lugar principal de Jacob en el pacto no se basó en su engaño; (engañando a su padre haciéndole creer que era Esaú). De hecho, a su regreso de Harán, Jacob envió reparaciones a Esaú antes del encuentro con él. Al hacerlo, Jacob reconoció honestamente el pecado de su juventud y devolvió lo que había robado (Génesis 32:1-21). 
Todo cambió para bien cuando antes de reunirse con su hermano Esaú, Jacob tuvo un encuentro con el ángel de Yawhe que le permitió vencer sus temores (Gen.32: 22-30). (la lucha nocturna en el vado del rio Yaboc)
Al final, la vida de los hermanos pudo haber seguido el plan de la intención original respecto a las bendiciones: Esaú adquirió la bendición de prosperidad y poder (Génesis 27: 28-29), pero Jacob ganó la Bendición de Abraham: la herencia de hijos y tierra “como las estrellas del cielo y los granos de arena de la mar “(Génesis 28: 1-5).