El manantial
bíblico que salvó Moisés de la muerte, convertido en una atracción turística en
Egipto
Las termas, compuestas por siete fuentes
donde el agua se dice que tiene efectos terapéuticos, es uno de los puntos que
Egipto quieren convertir en un nuevo
destino para los visitantes.
Egipto ha recuperado un lugar bíblico en la ruta hacia el
Sinaí y el Monte de los 10 Mandamientos, el lugar se llama Ras Sudr,
y se encuentra en el canal de Suez, no lejos de El Cairo, en el camino de los
peregrinos al Monte Sinaí.
Relata el
Antiguo Testamento que Moisés,
en su éxodo hacia la tierra prometida, encontró un manantial salado en el
desierto del noreste de Egipto cuya agua convirtió en dulce para beberla. Aquel
lugar mítico es hoy objeto de una gran rehabilitación para atraer a peregrinos.
Las termas de
Moisés, compuestas por siete fuentes donde el agua se dice que tiene efectos
terapéuticos, es uno de los puntos que el Ministerio de Antigüedades y de Turismo de Egipto quiere convertir
en un nuevo destino para los visitantes.
Una de las termas
de Moisés ya restauradas
El capítulo 15,22-27
del libro del Éxodo relata que Moisés, después de haber pasado el Mar Rojo con
el pueblo de Israel, prosiguió su andadura hacia la tierra Prometida. Salieron
al desierto de Shur “…y
anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua.Y llegaron a Mara, y no
pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le pusieron el
nombre de Mara.
Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y
dijo: ¿Qué hemos de beber?
Y Moisés clamó a
Yahvé, y Yahvé le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se
endulzaron. Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí los probó; y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Yahvé
tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus
mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que
envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Yahvé tu sanador. Y llegaron a Elim, donde
había doce fuentes de aguas, y setenta palmeras; y acamparon allí junto a las
aguas.”
Una vez más, el
territorio quedó señalado por
la acción de Dios en beneficio de
los hombres. Quince
siglos más tarde, Egipto está interesado en que aquellas tierras
sean un destino turístico.
La zona del manantial de aguas amargas convertidas en agua dulce
siempre ha sido un punto de interés desde época
bizantina, cuando se construyó el recinto actual.
Por estos motivos, el Ministerio de Antigüedades y Turismo de Egipto ha
desarrollado un plan de recuperación de la zona. Las termas de Moisés, que
tenían entre 6 y 8 metros de profundidad, habían acabado abandonadas y
cubiertas de arena.
Ahora la zona vuelve
a tener vida, aunque falta una segunda fase de obras, dotada con 450.000
dólares, en la que se mejorarán las carreteras de acceso y el entorno del manantial
para que forme parte de las rutas turísticas, que ahora quedan a unos 200
kilómetros.
El recinto, que data de la era bizantina y que fue
construido sobre los manantiales que se creen que son los citados en la Biblia, era lugar de descanso para los diplomáticos
extranjeros hasta comienzos del siglo XX.
Según relató a los periodistas el secretario general del
Consejo de Antigüedades, Mustafa Waziri,
por falta de mantenimiento, las termas, cuyas profundidades oscilan entre los
seis y ocho metros, acabaron abandonadas y cubiertas de arena.
A pesar del abandono, algunos peregrinos continuaron
visitando los manantiales, pero en los últimos años «ya no hay apenas
turistas», según aseguran Soraya Ahmed y su compañera
de fatigas diarias en las tiendas de artesanía de la zona, Um Ziri, de 53 años.
La
beduina Soraya Ahmed, de 69 años, posa delante de su pequeña tienda en la que
vende artesanía
Contemplando un trasiego de personas que hace tiempo no veía, motivado
por la visita de un ministro al lugar, Ahmed, de 69 años, pone a punto toda su
artesanía en una pequeña tienda de madera y palma seca.
Ella ha sido una de las
mujeres que ha pedido al titular de Antigüedades, Jaled al Anani, mientras
realizaba una inspección del lugar situado en la localidad de Ras Sadr, en el
sur de la península del Sinaí, que «por favor» no le echen de su tierra por la
renovación del sitio.
Ambas miran con esperanza los próximos años, una vez que terminen las
obras de renovación, para que las personas caminen de nuevo sobre esta arena
sagrada.
La primera fase del proyecto de rehabilitación
comenzó a finales de 2015 y terminó relativamente hace poco, sin tener
aún una fecha de inicio para la segunda etapa.
Aún falta por pavimentar los caminos, remodelar las tiendas de Soraya,
Ziri y de sus colegas, así como instalar bazares, cafeterías, restaurantes, en
el marco de esa segunda fase de un proyecto cuyo presupuesto total ronda los
ocho millones de libras egipcias, unos 450.000
dólares.
El turismo en Egipto cayó con fuerza por la inestabilidad
posterior a la revolución de 2011 y todavía no se ha recuperado debido a los
recientes atentados terroristas.
En estos momentos, el Ejército desarrolla una gran campaña
militar contra los extremistas que están presentes en el centro y norte de la
península del Sinaí, donde opera una filial del grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Pese a que las termas se encuentren a unos 200 kilómetros
aproximadamente de las áreas afectadas, las mujeres beduinas reiteran que «la
guerra está lejos» del sur del Sinaí y que «aquí se vive muy bien». «Tenemos
electrodomésticos, aire acondicionado en nuestras casas. No vivimos como en el
desierto», bromean.
El titular de Antigüedades egipcio también quiso destacar
este aspecto y dijo que la ofensiva lanzada el pasado viernes y este tipo de
proyectos turísticos también son «un mensaje en la lucha contra los
terroristas» en Egipto. Al Anani, acompañado de varios embajadores, aseveró que
en el lugar confluyen las tres religiones del Libro –el cristianismo, el
judaísmo y el islam–.
El árbol
«sagrado» en el que se cree que Moisés cortó una rama para convertir el
manantial salado en dulce.
Según el relato del segundo libro de la Biblia, Dios le dijo a Moisés
que cortara una rama del denominado «árbol
sagrado» –en cuyos robustos tallos los niños juguetean ahora– para
meterla en ese manantial y convertir el agua en dulce y poder beberla, tras
haber estado tres días sin catar gota en el desierto.
De acuerdo con el relato, los israelitas que huyeron con Moisés
comenzaron a maldecirle por haberles sacado de Egipto, aunque gracias a la obra
de dios pudo continuar. Hoy es la población local quien espera un milagro para que su vida se
reconstruya en paralelo con el lugar sagrado.
Además, explicó que por este lugar transitó la Sagrada Familia, pues por
aquí pasa la ruta que, según la tradición, tomaron María y José al huir con
Jesús a Egipto para escapar del rey Herodes.
El relato del Nuevo Testamento, muy breve y
propio del evangelio
de Mateo, narra cómo un ángel se aparece en
sueños a José y le ordena que
huya a Egipto junto con la Virgen María y el Niño Jesús, pues el rey Herodes lo estaba buscando
para matarle (la matanza
de los inocentes). José obedece y la Sagrada Família huye a Egipto; Al cabo
de unos cuatro años, muerto ya Herodes, se le ordena volver de un modo similar.
El propio evangelista ve en el episodio un cumplimiento de una profecía del
Antiguo Testamento: de Egipto llamé a mi hijo.(Oseas11, 1).