- Descubren aldea judía de hace 2.300 años cerca de Jerusalén


Arqueólogos israelíes descubrieron una pequeña aldea de 2.300 años de antigüedad cerca de la carretera que conecta Tel Aviv con Jerusalén, y que arroja nuevos datos sobre la vida rural durante el período del Segundo Templo.
“El asentamiento rural estuvo ocupado durante aproximadamente dos siglos, informó la Dirección de Antigüedades de Israel.
La datación en el siglo III aC. lo sitúa en el período de dominio helenístico (dinastía Seléucida, descendientes de Alejandro Magno), en la etapa del Segundo Templo, en el que la religión judía sufrió muchas alteraciones, como la incipiente creación de sinagogas y el desarrollo de numerosas ortodoxias, a razón de la gran cantidad de influencias extranjeras, como la griega.
Descubierto durante la construcción de un nuevo gasoducto, el hallazgo se encuentra en las proximidades de la conocida como “Carretera Burma”, una empinada vía empleada en 1948 por el Ejército de Defensa de Israel (Tzáhal) para romper el asedio a Jerusalén durante la primera guerra árabe-israelí.
El nuevo yacimiento se extiende por una superficie de 750 metros cuadrados, en la que ha aflorado el trazado de varias casas de piedra conectadas por pequeños corredores.
Cada casa, que probablemente albergara en su día a toda una familia, consiste en varias habitaciones y un patio abierto.
“Las habitaciones servían generalmente como zona residencial y para almacenar alimentos, mientras que las tareas domésticas eran realizadas en el exterior”, explicó Irina Zilberbod, a cargo de las excavaciones.
Por el momento, los expertos desconocen el nombre del lugar, que está a unos 280 metros de altura sobre el nivel del mar, tiene una soberbia vista panorámica y debió estar rodeado de cultivos de orquídeas y viñedos, según la costumbre de la época.
Los restos encontrados prueban que la aldea tuvo su momento de mayor florecimiento en el período helenístico (siglo III a.C.), cuando el reino de Judea quedó sometido al imperio seléucida a la muerte de Alejandro Magno.
Pero no sólo es importante el sitio en sí, sino la gran variedad de material arqueológico de él extraído, de muy diversas épocas dado que estuvo poblado durante unos 200 años, como moliendas de basalto y caliza, herramientas domésticas para moler, utensilios de cocina, jarras y vasijas para el agua y el aceite, lámparas e incluso sesenta monedas pertenecientes al reinado seleúcida de Antíoco III (223–187 aC.) y del asmoneo Alejandro Janneo (103 aC.–76 a.C.).
Sin embargo, fue abandonada durante la dinastía asmonea, que había expulsado a los griegos en el siglo II a.C. Por el momento se desconoce por qué fue abandonada, pero el veterano arqueólogo Yuval Baruj, explica que “se trata de un fenómeno conocido” en la vida rural del siglo I aC.
“Puede estar relacionado con los imponentes proyectos de construcción de Herodes en Jerusalén, en particular el del Monte del Templo, y la masiva emigración de aldeanos hacia la capital (del reino) para trabajar en esos proyectos”, agregó.
Entre los muros de las viviendas se han hallado cuantiosos restos de cerámica y monedas que se remontan a los reinados del seléucida Antíoco III y el asmoneo Alejandro Janneo.
Por su particular belleza, la Dirección de Antigüedades ha llegado a un acuerdo con la empresa nacional de gas para alterar el itinerario del gasoducto, de forma que la aldea pueda ser preservada como lugar turístico.